Bennie es una nena de nueve años, carne de cañón de hogares de tránsito. Tiene un trauma que le provoca ataques de pánico de extrema violencia. Pasa sus días entre hogares y dispositivos de contención a la espera de que su madre resuelva su situación de vida y la pueda rescatar y los malabares que hacen sus cuidadores, frustrados ante lo inevitable.

Aún así el ritmo de la película no te deja levantarte de la silla por la tensión de las escenas.

Muy buenas actuaciones, en especial de Helena Zengel, la pequeña protagonista, quien con una performance increíblemente magnética y la forma como está contada es de un extremo respeto por cada personaje donde no se demoniza a nadie, tan solo fluye para que el espectador saque sus propias conclusiones.

La historia desde mi punto de vista, enlaza con algunos posteos de documentales o películas sobre las vidas de algunas figuras que, dentro del punk, levantan todavía polémica, dividiendo aguas.


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