La figura de Sid Vicious y ésta película, tan amadas como odiadas.

La obra de Alex Cox retrata a dos figuras en un contexto histórico donde la autodestrucción era un verdadero tabú. Con las actuaciones de Gary Oldman, Chloe Webb, Courtney Love y David Hayman la película es un ícono de los 80 como otras tantas obras de consumo masivo a las que se las alaba por simple publicidad o porque son más vendibles por cadenas de streaming o influencers alimentados a canjes de zapatillas y papas fritas en bolsa. En momentos donde está en boga la llamada "cultura de la cancelación" tuve ganas de rescatar esta peli, no por su calidad o por su magnitud sino porque marcó a una generación a la que pertenezco.
El punk, creo yo, es la única movida dentro del rock que critica abiertamente a sus referentes, mientras otros bancan hasta el hartazgo a fascistas, conversos religiosos o mercadotécnicos disfrazados de rebeldes.
Eso para mí, es lo que eleva al punk como movida cultural y lo separa de otros simples géneros musicales.
Pero no era ésto la idea del posteo, abran una birra, recuerden la primera vez que vieron esta peli y vuelvan a verla y quienes no la vieron por la edad o por lo que sea, es una peli para ser vista con mirada y hambre adolescente.

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