Este clásico de culto de Jack Hazan y David Minga, entre una
película-concierto de The Clash y un eléctrico y alcoholizado retrato del punk
inglés, observa los valores y las revoluciones en Gran Bretaña antes
de Thatcher e igual que la escena musical que documenta es crudo, tosco y
directo.
RUDE BOY (UK 1980)
Ray Gange, trabaja en una sex shop en Soho y es amigo de Joe Strummer, pasa de ser fan de The Clash a trabajar como plomo de la banda, pero su cuestionable ética laboral y sus posiciones políticas no encajan con el plan del grupo de mostrar su furia contra un creciente nacionalismo.